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sábado, 19 de abril de 2008

LA PIEDRA PINTADA ES SIGNO DE ACULTURAMIENTO


Imagínense el Palacio Municipal de color habano, pintado al esmalte con materiales donados por una conocida marca, con prolijos carteles de propaganda a los lados.

Imaginen ahora al Parque San Martin, con sus sectores diferenciados por colores vivos, haciendo contraste con el verde del césped, pintadas sus piedras según diseño de algún artista famoso.

Que el Partenón estaba pintado de colores es otro tema.

Pero estos no son absurdos.

El ultimo golondrina que se poso sobre el café de la Estación Terminal de Ómnibus “diferenció” su local del resto de la edificación pintando un marco amarillo sobre el exquisito martelinado de la piedra original del zócalo mismo de la Estación.

Mar del Plata tiene un medio urbano de calidad, conformado por la expresión de su arquitectura y en gran medida por lo predominante de la piedra.

Si el color lo dan las cuarcíticas locales, la textura la dieron los hombres, que como un ejercito técnicamente preparado, las cincelaron creando sombra, espuma, telaraña, abanicos y un universo en la imaginación de nosotros los habitantes. Estos hombres venían precedidos de miles de años de oficio en sus pueblos natales, y sin temor a exagerar, esa densidad de miles de años es lo que uno siente cuando camina por algunas lomas de Mar del Plata.

Los frentes de piedra son patrimonio, los cordones de piedra, tallados en bloques como esculturas, también, y así deberían ser considerados y preservados.

El movimiento moderno no despreció los aportes de los materiales vernáculos en sus obras, tal es así que en Mar del Plata existe un repertorio de arquitectura moderna en donde se puede apreciar este aspecto.

La casa moderna de Hipólito Irigoyen y Falucho tenia un zócalo alto de piedra marplatense trabajada en aparejo estilo bastón roto, creyendo reconocer el que escribe el rosado de las ultimas piedras sacadas de las canteras del puerto, pero todo esto no se ve pues están pintadas, de color habano.

La galería Rivadavia de Antonio Bonet muestra una estructura resistente expuesta que consiste en un hormigón de conchilla, realizado para obtener una textura y un color requeridos por el arquitecto. Pero nada de esto se puede apreciar porque el proyecto de “restauración”, tal cual decía el cartel de obra, ha pintado todo de blanco.

Hay una farmacia que por poner el revestimiento de moda agujereo todo el hermoso y grueso mármol pulido de su frente, arruinándolo para siempre (y solo estaba sucio), y un café que se remodeló y pintó la piedra del frente creyendo renovar el ambiente, logrando la degradación de un patrimonio que brinda calidad y referencia para la arquitectura del lugar donde se inserta.

Por esto, y como va en contra de nuestra identidad y de nuestros intereses, Marplatenses, no hay que pintar las piedras.

2 comentarios:

  1. estimado arquitecto:
    es muy interesante su articulo. y una verdad inapelable.
    usted, entre otros, tambien podria agregar el caso de la tienda los gallegos de la hermosa calle san juan.
    alli hoy se puede ver un acabado sintetico blanco sobre el 100% de lo que hasta ayer era marmol negro.
    esto, sumado a un logotipo espantoso heredado del yopin de la misma empresa y a un cartel perimitral de panaflex (otro lindo tema para que usde desarrolle) dan como resultado un autentico bochorno.
    lo saludo cordialmente.
    shakleton.

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  2. son cosas valiosas en manos de brutos

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